También llamadas ‘enfermedades desatendidas’, son un conjunto de entidades patológicas, usualmente parasitarias que afectan a los sectores más precarios del mundo en áreas tropicales y subtropicales. Muchas de ellas caen en la categoría de ‘zoonosis’, que son las producidas por patógenos que viven en ganado o animales salvajes y pueden infectar a los seres humanos como por ejemplo la rabia y el chagas (1).
Una mosca negra (Simúlido) alimentándose de sangre humana. Si bien no pertenece a la especie transmisora de la enfermedad, este género de mosquitos fue fundamental para la transmisión de la oncocercosis en Esmeraldas. Foto: Daniel Romero-Alvarez
En esta revisión de la literatura realizada en Ecuador, los autores del artículo “Epidemiology of Tropical Neglected Diseases in Ecuador in the Last 20 Years”, publicado el mes de octubre de 2015, muestran el patrón de seis de estas enfermedades en los últimos 20 años. Las describimos a breves rasgos a continuación:
La enfermedad de Chagas es provocada por un protozoario denominado Triatoma cruzi, que ingresa al cuerpo a través de un insecto conocido comúnmente como chinche besucón o chinchorro (como el Rhodnius ecuadoriensis); provoca una degeneración crónica del corazón y las vías digestivas.
Rabia, una de las enfermedades víricas más mortíferas, es transmitida por la saliva de animales domésticos o salvajes infectados y causa una afectación cerebral mortal.
La oncocercosis o ceguera del río es provocada por gusanos redondos (nemátodos) que ingresan al organismo por la picadura de las moscas negras (simúlidos). Fue detectada en regiones específicas del país y se la declaró eliminada el año pasado (2).
Brucelosis es una enfermedad provocada por bacterias, ingresa al cuerpo por el consumo de productos de ganado contaminados como la leche y el queso, o por inhalar su estado de espora en ambientes contaminados, provoca síntomas parecidos a los de la gripe con fiebre, pérdida de peso, etc; o problemas reproductivos asociados a abortos espontáneos.
La leptospirosis es otra infección bacteriana provocada por entrar en contacto con orina o tejidos de animales infectados; y la equinococosis (hidatidosis) es una patología provocada por gusanos planos segmentados (céstodos) y se la adquiere por la ingestión de huevos de los parásitos o por entrar en contacto con animales infectados. Ambas enfermedades afectan el hígado de los pacientes.
Utilizando datos oficiales del Ministerio de Salud Pública (MSP) del Ecuador podemos ver el patrón de estas infecciones a lo largo del tiempo (Figura).
Imagen construida a partir de los datos presentados en el artículo analizado. Los datos fueron tomados de la base de datos de la Dirección Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Ministerio de Salud Pública del Ecuador (3).
El artículo es informativo, además de ser el único que realiza una compilación de este tipo sobre la epidemiología de estas enfermedades en el Ecuador, por esta razón, es el primero en aparecer al realizar una búsqueda de cualquiera de estas enfermedades. Hay que ser cuidadosos con la información pues presenta un sinnúmero de problemas que es fundamental recalcar para evitar considerar esta publicación la última palabra.
Acepta que sus datos tienen un sesgo importante: los datos ‘oficiales’ tienen como característica principal el sub-reporte de casos, es decir que muchos otros se pierden por causas como aquellos pacientes con la enfermedad que no acuden a los centros de salud. Cuando los autores se refieren al efectivo control de la enfermedad de Chagas en el país, fallan en comentar otros artículos publicados que han detectado focos activos de transmisión en poblaciones de Esmeraldas, Zamora y Loja (4, 5, 6).
En el caso de la oncocercosis, los autores realizan afirmaciones erróneas sobre el procedimiento llevado a cabo para la eliminación de la enfermedad; nunca se realizó un rociado de medicamentos en las casas o se incentivó a la población a tomar medidas específicas contra la enfermedad. Todos los esfuerzos se centraron en la administración bi-anual de ivermectina. En este tema, el artículo publicado por Lovato R. y colaboradores en 2013 (2) es indispensable pero no es citado por los autores.
Nuevamente encontramos el problema de no citar artículos relevantes que fundamenten la información que se maneja cuando se habla de la brucelosis. Mientras que en 2006 y 2007 el MSP reportó 14 casos humanos en todo el Ecuador, Ron-Román y colaboradores encontraron 70 casos humanos (1.88% de 3733 pacientes) solo en el noroccidente del país (7).
La leptospirosis y la equinococosis son enfermedades al alza como muestran las curvas con más de mil casos para la primera y aproximadamente 30 casos para la segunda. Probablemente hayan muchos casos que no han sido reportados, o probablemente sea difícil confiar en este panorama luego de observar los errores globales del artículo. Este tipo de análisis son fundamentales para mejorar el sentido crítico de todas las personas que trabajamos en estos campos, hacemos ciencia o nos deleitamos con la información. Cuando se tratan de enfermedades, es decir, entidades que afectan a seres humanos reales, necesariamente hay que ir más allá de los ‘datos oficiales’ que en nuestro país enmascaran una visión certera de los sucesos.
Son poquísimos los artículos que se convierten en referentes clásicos de información confiable, es indispensable mirar siempre toda la información a nuestro alrededor con mucha atención y ser precavidos a la hora de interpretarla.
Referencias:
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